La La Las puertas de decisiones.

-No, no hay spoilers de La La Land. Si no la has visto, la verás con una nueva perspectiva. Si ya la viste, podrás estar de acuerdo o no conmigo. Gracias por su atención-

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El mame de «la-película-bonita-donde-bailan-y-cantan» empezó desde hace rato. Adoro las películas y cuando comencé a leer las primeras reacciones donde calificaban a La La Land como una obra maestra, me emocioné mucho. Pude verla el fin de semana pasado y… (ya sé que acá me lloverán jitomatazos) no me gustó. Se me hizo laaarga como la Cuaresma (me estaba durmiendo durante toda la primera hora), sin embargo, no voy a ser tan cruel como para dejar que una película que tuvo el atrevimiento de ser «diferente» entre todas las demás se ahogue en el mar de mi veneno: más bien quiero escribir por qué me dejó con una nada bonita y muy interesante angustia existencial, misma que en mi opinión y dejando de lado la música, es lo más valioso de esta cinta.

Para mi, La La Land no es una bonita película de amor. No es una cinta homenaje a la ciudad de Los Angeles ni al jazz. No es un filme que nos ayuda a escapar de la triste realidad en la que estamos. No es una fuente de inspiración para no dejar de soñar. Críticos de cine mucho más expertos y cultos que yo en todo el mundo la han categorizado así, pero su verdadero valor me quedó clarito como el agua:

La La Land es una película que habla sobre la importancia de tomar decisiones. Decisiones que te cambian la vida.

Vamos a quitarle los colores brillantes, los pasos de baile, todo lo asquerosamente cursi que puede llegar a ser, la cara de gato desnutrido de Emma Stone, el hecho de que hayan puesto A CANTAR(!!!) a un actor que sí está galán pero que evidentemente NO canta, de que ambos actores estén nominados al Oscar cuando sus interpretaciones no lo merecían… olvidémonos de todo eso.

La premisa más importante de esta película es la disyuntiva moral entre la decisión de quedarte con el amor de tu vida o conseguir el éxito profesional. No es una cinta que invite al debate filosófico ni al drama, ni una que te deje sin dormir por las noches porque simplemente no puedes procesar el dilema interno que despertó en ti. Evidentemente fue diseñada con el propósito de entretener y conmover (objetivo mínimo que debería perseguir una película), pero pensemos en esta idea por un momento y rescatémosla de entre all that jazz: La La Land es una película sobre las consecuencias de tomar decisiones y que entre canciones bonitas te enseña la cruda verdad: hay sueños que no se cumplen. 

Vamos directamente al dilema: imaginen que están frente a dos puertas cerradas. Si deciden entrar en la puerta número 1, vivirán el resto de sus días con el amor de su vida. Podrán casarse, tener chamacos, formar una linda familia y morir agarrándole la mano a esa persona especial. Será el amor más grande, sincero, fiel y hermoso que hayan experimentado. En esta vida, sin embargo, habrá problemas económicos: puede que tengan que trabajar hasta doble turno con tal de pagar sus deudas o llegar a fin de mes. Lo que adquieran siempre será con una deuda enorme a pagos forzados, porque la estabilidad económica no llegará. También díganle adiós a realizar su sueño profesional o ser respetados en su trabajo. Siempre serán «uno más».

Si deciden entrar en la puerta número 2, vivirán el resto de sus días con un éxito profesional absoluto. Serán millonarios: olvídense de carencias materiales, de sufrir por dinero, de cuentas vencidas y deudas que jamás podrán pagar. Su estabilidad económica está asegurada. Serán famosos y respetados en el campo profesional que ustedes elijan. Podrán tener amantes y amores pasajeros que únicamente los busquen por interés, pero morirán completamente solos, sin familia porque nunca conocieron a alguien que valiera la pena, convencidos que el verdadero amor no llegó y nunca fueron amados realmente.

¡Ajá! ¡La La Land se pone dramática! Aquí es cuando reflexionamos en todo lo que Damien Chazelle (el director) nos mostró durante 128 minutos y entendemos que más que la historia de dos personas que se enamoraron, es la historia de dos personas que se conocieron antes de abrir una de ésas dos puertas trascendentales… y las consecuencias de haber elegido una sobre la otra. Si la vemos bajo esta nueva luz, por supuesto que es una película más profunda de lo que nos vendieron.

¿Qué puerta elegirían?, ¿qué vida quisieran vivir? La lucha de lo material vs lo emocional es un excelente pretexto para quebrarnos la cabeza y creo que no somos tan conscientes de ello. Todos los días cruzamos «puertas de decisiones»: desde que elegimos lo que nos vamos a poner, hasta que decidimos entre tomar uno u otro camino de regreso a casa al final del día. Cada momento, cada segundo de nuestras vidas estamos tomando decisiones. Por supuesto que unas más trascendentales que otras.

Y éstas dos puertas de las que escribí arriba tienen la característica particular de que no nos damos cuenta que las cruzamos sino hasta el final de nuestras vidas, cuando nos ponemos a reflexionar en nuestro lecho de muerte y nos damos cuenta que tuvimos una vida de éxitos pero terminamos solos, o que construimos una bonita familia aunque no hubiéramos logrado el sueño que teníamos desde que éramos niños. Son las dos puertas más importantes por las que cruzaremos en toda nuestra existencia y sus resultados sólo serán visibles hasta que estemos a punto de cerrar nuestros ojos para siempre.

Ante esta perspectiva, recurrimos a la esperanza: ¿qué pasa con los que soñamos que podemos tener ambas cosas?, ¿cuáles son las consecuencias de querer abrir las dos puertas, aunque por dentro sepamos que no podemos entrar al mismo tiempo en ambas?, ¿y si hay alguien que sí pudo?, ¿y si entramos en una puerta sólo para darnos cuenta que la otra nos llevaba exactamente al mismo lugar?, ¿se puede tener esa suerte?

Bueno, yo creo que sí. No dudo que haya casos de personas que al final de su vida se dieron cuenta que lograron el éxito profesional y al mismo tiempo tuvieron un amor digno y bien correspondido. ¿Lo podemos llamar «suerte»? Tal vez.

No necesariamente un camino tiene que excluir al otro, pero seamos realistas… hay una gran posibilidad de que lleguemos al final de nuestros días dándonos cuenta de que entramos en una puerta y jamás supimos lo que había dentro de la otra.

¿Sólo por eso será una vida desperdiciada? No. Fue una vida y punto.

Aunque… tal vez tengamos suerte.

Tal vez en algún momento de nuestras vidas, el amor y el éxito se miren a los ojos, hagan una tregua… y decidan estar juntos.

9 comentarios en “La La Las puertas de decisiones.

  1. Ruben

    Había pensado que esta sería una película que podría evitar , para eso de no sentir drama. Pero ahora , creo que se me antoja más .
    No sé cuál sería mi decisión onsi sería capas de tomarla fríamente , tal vez culpase a mi condición humana por lo que eligiera pero algo en mi , muy muy profundo , piensa que el universo te permite tener las dos cosas. Quién sabe … tal vez sea culpa de mi alma humana

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    1. Flor de Maria Lopez Ramirez

      Hola Dany, grandiosa tu reflexión , es correcta , te dare mi humilde opinión , efectivamente la vida de una mujer que decide preparase corre el riesgo de quedarse en el camino de la realización profesional y económica «no es malo» , vale la pena correr el riesgo, al final una mujer satisfecha , tambien es aquella que cumple sus sueños «todos» los profesionales y personales, el problema principal es encontrar a un hombre valiente que no le tema a tu realización, que no le tenga miedo a tus sueños, que los valore y los acompañe, apoye y se adapte a ellos, cosa que no hizo el personaje si no al final en el «hubiera» , le tuvo miedo al exito de ella y dejo ir al amor de su vida, cuesta trabajo pero al final cuando tienes la suerte de encontrar a alguien que quiera estar con una mujer no convencional, se agradece y se valora y se cuida porque hay la certeza de que no se encontrará a alguien así nuevamente .

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      1. Gracias por leerme! Sí, es cierto, siempre se requiere de una persona lo suficientemente valiente como para caminar con nosotros. Igual, vale la pena seguir soñando que podamos tener ambas cosas 🙂

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  2. Ahora me dieron más ganas que antes de ver la peli.
    Me gusta el punto de vista desde el cual abordaste al análisis, que es básicamente con ese efecto residual que es, al fin y al cabo, el que toda pieza de arte que se precie debiera dejarnos, o intentar dejar. Esa sensación de que te han implantado una idea o una emoción y que luego ya vos te encargaras de elaborar desde tu individualidad.

    Te recomiendo, en este sentido (y si es que no la viste ya) Arrival. Detrás de la película y del género, se esconde una pregunta existencial muy interesante que no la puedo dejar aca porque te la spoilearía, pero mirala.

    Gracias por el post!

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  3. Cuauhtémoc Ordoñez

    Buenazo, peeeeroo, dejaste fuera lo técnico. La foto, la dirección, el diseño de producción, todo eso es lo que hace que sea de las favoritas. ( también es probable que sea la gran perdedora de la noche, todo puede pasar)
    Abrazo!

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