2024 – The destroyer of worlds (1)

PARTE 1

Abrí los ojos y me estiré con ganas, bostezando tranquilamente para recibir un nuevo y perfecto día. Me quité las cobijas, bajé los pies de la cama y fui a mi armario para elegir el increíble, aesthetic y perfecto outfit rosa que usaría. Bajé rápidamente los tres pisos de mi mansión rosa y subí a mi Cadillac rosa para dar un paseo por la ciudad, no sin antes dejarle un plato de deliciosas croquetas y leche tibia a mi perro, Kobu, que movía su colita contento al verme.

“¡Hola Barbie!”

“¡Hola Barbie!”

“¡Hola Barbie!”

“¡Hola Barbie!”

Mi playlist favorita sonaba por la radio mientras saludaba a mis vecinas. Por donde quiera que pasaba todo eran sonrisas grandes y brillantes. Barbies y Kens vivíamos en calma y felicidad, junto con los otros personajes que poblaban nuestro mundo. Mis días en aquel mágico lugar siempre estaban llenos de cosas emocionantes y divertidas. Yo era una Barbie escritora, y mis libros se vendían como pan caliente. Siempre llevaba una libretita conmigo a todos lados, para poder anotar cualquier idea que se me viniera a la mente. Me sentía cómoda. Amaba esa sensación de familiaridad. 

Ese día también era especial (como todos los otros días). Mi primera actividad era dirigirme al estadio de Barbieland para proclamar en voz alta el discurso que había escrito especialmente para la ceremonia de premiación del Ken Messi, quien ganaba (otra vez) el Balón de Oro Rosado. Fue una ceremonia impresionante, los asistentes amaron mi discurso, Ken Messi me dio un beso (en la mejilla, porque yo ya tenía de novio a otro Ken) y todos estuvimos felices por su triunfo. 

Más tarde, asistí a la Coronación del nuevo Rey, el Ken Carlos. En su honor, un festival de música se celebraría durante toda la semana, con presentaciones estelares de mis artistas favoritos. Al concluir la ceremonia, uno de los submarinos de la compañía OceanGate descendió en las profundidades del mar con la misión de traerle al nuevo Monarca unas perlas magníficas que solamente se encontraban en aguas muy profundas. Los asistentes en la playa despedimos a la tripulación y vimos hundirse al submarino, mientras los últimos rayos del sol acariciaban nuestras caras. 

-¡Hola Barbie! -me saludó la Barbie Wendy Guevara.

-Hola Barbie!

-¿Sabes dónde va a ser el concierto de esta noche?, ¡Ay, estoy perdida!

-Sí, no te preocupes. Vamos, ¡todavía queda mucho por celebrar!

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Llegamos al recinto donde se llevarían a cabo los primeros conciertos por la Coronación del Rey. El lineup era algo particular, con presentaciones de la Barbie Rosalía, Sam Smith, Depeche Mode y los Arctic Monkeys. Sin embargo, el mejor momento de la noche se lo llevó Bowser, quien entonó una emotiva versión de “Peaches” que nos hizo emocionarnos al máximo. 

Al finalizar el concierto, recibí un mensaje de mi novio, el Ken Timothée:

Come on, Barbie, let’s go PARTY!

Me cambié rápidamente de outfit para ponerme mi traje disco y llegué al lugar de la fiesta. Una vez ahí, me encontré con mi novio, guapo como siempre. Lo besé, lo abracé, acaricié sus suaves y castaños rizos y disfrutamos juntos de los pasos de baile del Ken John Wick que improvisó una elaborada coreografía con pistolas que disparaban rayos láser de color rosa. 

El DJ puso “Dog Days are Over” para finalizar la noche, y bailamos junto con los Guardianes de la Galaxia para cerrar otro mágico, perfecto y feliz día.

—————

-Hoy fue un gran día, ¿no crees? -Ken Timothée me dijo, al despedirme en la puerta de mi mansión. Sí, MI mansión. Lo amaba mucho pero, como decía la Barbie Shakira, las mujeres facturaban, así que yo tenía mis cosas y era perfectamente capaz de vivir por mi cuenta.

-Sí, fue un día maravilloso -le sonreí-. Como ayer, y anteayer, y antes de eso.

-Y la semana pasada.

-Y el mes pasado.

-¡Y siempre!

-¡Siempre! 

Nos sonreímos, tomándonos las manos. 

-Mira, ¿qué es eso? -mi novio señaló hacia arriba, y giré la cabeza para ver un extraño cometa verde surcar el cielo nocturno.

-Uhm… no lo sé. Es raro verlos de ese color.

-Sí… muy raro.

-¿Crees que sea señal de algo? 

-No creo, no te preocupes por eso -me sonrió, antes de darme un beso de buenas noches. 

Entré a mi casa, acaricié a mi perrito y lo tapé para que durmiera bien. Sus dulces ojitos me miraron con esa expresión de amor incondicional con la que solamente puede verte una mascota. 

Cuando me metí bajo las sábanas, no pude evitar sentirme verdaderamente feliz y agradecida con 2023 por haberme otorgado la oportunidad de vivir en Barbieland. Estábamos llegando a fin de año y me faltaban unas cuantas semanas para despedirme de ella, y yo estaba verdaderamente emocionada por mi plan de fin de año: en lugar de invitarla a cenar, iba a llevarla al concierto del Ken Luis Miguel. Sería una noche fantástica, cantaríamos, bailaríamos y celebraríamos con una copa de champán mientras le dábamos la bienvenida a 2024.

Era un plan simplemente perfecto.

Nada podía salir mal. 

Nada.

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